somos pantanos sin inaugurar


como lenguas obedientes a los himnos
son los diarios llenos de algas secas

perversiones de una obediencia nocturna
que saben a alivios en una caverna constante

la presencia de abrazos y de álgebra es improbable
como los sueños contiguos que traen secretos

mejor abrigar una ciencia absurda
que derramar la cabeza en las olas
de una almohada desnuda

la tiniebla exclamada de un mundo estúpido
no se puede envolver en una sábana de papel
ni siquiera en dos

en vez de eso, es mejor amar las retóricas penas
del camino empedrado de sienes que pisamos
dando explicaciones tan vegetales
como creerse santo al mentir

la astucia de mantel no es brillante
la guerra es siempre similar a la guerra
y las póstumas dedicatorias
tienen violines retorciéndose en su regazo

quiero amenazar a la miseria que no palidece
somos pantanos sin inaugurar
voces apresuradas en preguntas
autoras de ejemplares manchas