de
pelo salvaje, diosa del Éufrates
con
las piernas derramadas a lo largo
arrinconada
en sábanas viejas
buscando
una mirada en la oscuridad
corona
de heroína salvaje
revuelta
del alma en abrazos
forcejeo
resbalando de humedad imparable
aliento
gemido y entrecortado de hambre
risas
interrumpidas
y
mordiscos tímidos
así
se arrastran los humores
en
nombre de una venganza de cadáveres por llegar
propiciada
por prendas abandonadas