un brote de soledad entregada


un brote de soledad entregada
suspirado por algún reflejo
del veneno del acervo

con las manos sucias en la cara
las lágrimas concluyen el triunfo infinito del dolor

sin embargo, no hay rostro anegado
sólo un tránsito precario al olvido

azaroso como el caminar de un niño

en movimiento perenne